"Yo, señora, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero, aunque eran tan altos sus pensamientos que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y según él bebía es cosa para creer. Estuvo casado con Aldonza de San Pedro, hija de Diego de San Juan y nieta de Andrés de San Cristóbal. Sospechábase en el pueblo que no era cristiana vieja, aun viéndola con canas y rota, aunque ella, por los nombres y sobrenombres de sus pasados, quiso esforzar que era descendiente de la gloria. Tuvo muy buen parecer para letrado; mujer de amigas y cuadrilla, y de pocos enemigos, porque hasta los tres del alma no los tuvo por tales; persona de valor y conocida por quien era. Padeció grandes trabajos recién casada, y aun después, porque malas lenguas daban en decir que mi padre metía el dos de bastos para sacar el as de oros."
Segovia ha servido, desde tiempos inmemoriales, para inspiración de grandes literatos, al mismo tiempo que ha dado escritores de gran trayectoria.
Como ya sabéis Quevedo es uno de ellos y no dudó en ambientar su obra "el Buscón" en nuestra ciudad, no sólo haciendo nacer aquí a su protagonista sino que le hace pasar parte de su infancia en el barrio de san Andrés, donde estuvo la Escuela de ayunos del Dómine Cabra, que tanto influyó en la posterior vida de nuestro personaje.
¿Dónde estaba la Escuela del Dómine Cabra? Bien sencillo en la misma Puerta de San Andrés, una de las puertas que aún se conservan y que daban acceso a nuestra muralla.
La puerta, que también se conoce como «puerta del Socorro», se encuentra en el lado sur de la muralla. Cuenta con dos torres, una cuadrada y otra poligonal, arco peraltado, galería de irregulares ventanas, saeteras en cruz, cornisas de bolas, almenas piramidales y escudos heráldicos. Tiene una situación estratégica que domina el valle del Clamores. Se ha especulado con que su construcción pudiera haber corrido al cargo del maestro cantero Juan Guas.
Hacia finales del siglo xix la torre de planta poligonal estaba muy deteriorada, sin embargo en siglos posteriores sería restaurada para recuperar su aspecto original.
Si quieres conocer Segovia sin límites acércate y aprovecha para dar un paseo por la Judería de Segovia y con el libro en la mano aprovecha para rememorar el divertidísimo pasaje en el que el joven describe al clérigo miserable y las andanzas que se ve obligado a vivir.